miércoles, 7 de abril de 2010

LA PERVERSA ESTUPIDEZ MUNICIPAL

Todos cuantos vivimos en El Boalo, Cerceda y Mataelpino, sabemos que el principal patrimonio que poseen nuestros pueblos es su paisaje, la naturaleza que nos rodea y sus caminos. Por eso a todos nos duelen las imágenes del desprecio con que el Ayuntamiento trata nuestras sus vías pecuarias.

Esto que estáis viendo es la respuesta del Ayuntamiento a la reclamación de unos vecinos para hacer transitable a los peatones un camino que en algunas zonas las caudalosas lluvias de este año habían convertido en lodazal. Así que el Ayuntamiento ni corto ni perezoso ha nivelado el terreno en una vía pecuaria realizando un vertido ilegal para que sus convecinos puedan disfrutar de un paseo a la ermita transitando por un vertedero, sorteando latas y hierros oxidados, maderas astilladas, rejillas metálicas y para que nuestros campos y nuestros ríos se vean inundados de basura, plásticos, productos químicos y contaminantes de toda índole.


Este Ayuntamiento del PP que debería velar por la integridad de nuestro espacio natural, que debe sancionar cualquier vertido incontrolado que se produzca en nuestro término municipal, realiza con total descaro un vertido ilegal de enormes dimensiones cubriendo uno de los caminos que dan acceso a la ermita de El Boalo y al Parque Natural de la Pedriza. Sin duda las imágenes de este atentado realizado por el propio Ayuntamiento contra nuestro pueblo provocan tristeza y rabia, pero también perplejidad.

La realidad cotidiana que nos rodea casi nos ha acostumbrado a los desmanes de quienes gobiernan a cambio de su propio beneficio económico, del de sus amigos, o por los intereses de algún oscuro grupo de presión. Pero llenar de basuras nuestros caminos... ¿A quién beneficia?


No, en este caso no beneficia a nadie y nos perjudica a todos. Perjudica a los negocios de equitación colindantes, porque sin duda a sus clientes no puede agradarles pagar para pasear por un vertedero, perjudica a los comercios de nuestros pueblos porque aquellos que nos visitan acuden buscando un poco de naturaleza, un paseo agradable por el campo y la atención de nuestros hosteleros. Perjudica a quienes viven en la zona y a los propietarios de las fincas colindantes porque estos vertidos contaminan la tierra y los acuíferos durante generaciones y, en suma, a todos cuantos vivimos o paseamos por nuestro pueblo. Pero perjudica incluso al propio Ayuntamiento, desacreditando una institución que debe servirnos y representarnos a todos. ¿Cómo puede el Ayuntamiento ser garante de nuestros espacios naturales o sancionar las conductas irregulares cuando el propio ayuntamiento realiza un vertido ilegal como éste en una vía pecuaria? Este nuevo atentado del gobierno municipal del PP a nuestro entorno nos perjudica a todos y no beneficia a nadie.


¿Entonces qué induce a estos gobernantes municipales a causar un daño tan profundo y general a todos sus convecinos? ¿Pura y simple maldad? La respuesta es bien sencilla: la insensibilidad del PP, el derroche de soberbia y la pura y simple estupidez de quien por ahorrarse el coste de un poco de grava rellena con basura el bache de la puerta de su casa.


Pero la estupidez tiene las mismas consecuencias que la pura y simple maldad del desalmado si, como en este caso, está unida al poder. La estupidez del particular puede ser un atenuante, pero cuando afecta al gobernante, la estupidez lo hace culpable. Pocos casos hay tan evidentes de cómo la estupidez puede llegar a ser perversa cuando la ejerce quien detenta el poder. A nosotros como vecinos nos queda lejos poder solucionar la estupidez, pero tenemos en nuestra mano no darles el poder e impedirles que sigan haciendo daño. Y entretanto hoy nos toca exigirles que remedien el daño que han causado, que limpien de inmediato esta vía y pidan excusas a todos sus convecinos.