miércoles, 24 de noviembre de 2010

COMENTANDO LOS COMENTARIOS

Cuando decidimos probar suerte con el blog abriendo las entradas a vuestros comentarios sabíamos que existía el riesgo de que se intoxicara con comentarios no deseados y de que se confundiera nuestra identidad con la de los visitantes de esta página que opinaban en ella.

Lamentablemente parece que es así, y por supuesto sabemos que no se puede contentar a todos ni satisfacer todas las expectativas. Dejar abierto un blog a vuestros comentarios nos hizo cuestionarnos si debíamos ejercer un control sobre ellos y, si ejercíamos un control cuál debía ser el límite.

No está entre nuestros principios el de ejercer la censura ni el de imponer nuestro criterio y por ello optamos por intervenir lo mínimo posible.

En estos últimos días me habéis acusado tanto de ejercer la dictadura como de no ejercer ningún control. Y tanto unos como otros habéis compartido aquí el mismo espacio. Al fin y al cabo un comentario en un blog no es más que un medio de expresión abierto y libre como conversaciones o gritos de voces anónimas en una calle.

Por supuesto podemos acallar esas voces o esos gritos en la medida en que esta calle en concreto la adoquinamos nosotros, pero creo que eso no hace más que hacernos la vida más confortable y dejarnos seguir durmiendo una larga siesta en la que cada uno soñamos que vivimos en un pueblo diferente.

En este blog he permitido la publicación de comentarios que no sólo no comparto sino que considero detestables, pero queridos vecinos esa es mi labor. Pocos espacios hay en este pueblo donde podamos palpar los problemas de nuestros convecinos y escuchar sus voces aunque sea anónimas y entre ellas  hemos escuchado algunas muy sensatas que merecen una reflexión. No queremos que este sea un lugar donde sólo atendamos a aquellos que nos son afines, aquellos que nos halagan o a los que nos resultaría fácil halagar, sino que sea, simplemente, un espacio libre.

Hay cosas y situaciones en este pueblo que no me gustan y que creo que deberían mejorar, pero no vamos a encontrar una solución ni a avanzar si cerramos los ojos a esas cosas que nos disgustan esforzándonos por imaginar que no existen. No podremos trabajar en beneficio de todos si sólo paseamos por las calles que nos gustan o si cerramos los oídos a las opiniones que nos incomodan o las palabras que ofenden nuestros oídos.

Creo que este es un espacio nuevo, una experiencia nueva que debemos aprender a compartir con el resto de nuestros vecinos y no sólo con nuestros amigos. Sí, este es el pueblo que tenemos, así de diverso y en ocasiones así de tenso. Y tengo la confianza de que con el tiempo todos aprenderemos a usar de este medio de comunicación que acaba de abrirse dejándo a un lado las bravatas y los duelos entre enmascarados virtuales y aportando lo mejor de nuestras ideas y de nuestro lenguaje al resto de los lectores que merecen nuestro respeto.

Hasta ahora creo que los únicos que han podido resultar verdaderemente dañados son aquellos que mañana se avergonzarán de sus propias palabras al verlas escritas entre las vuestras.

Aún así, si consideráis que debemos establecer un control que vaya más allá de impedir comentarios delictivos o de lenguaje extremadamente grosero, es este un buen momento para conocer vuestra opinión.

El administrador del blog.